18.7.05

Mi papá agarra La Liebre y se lo devora ante mis ojos en una hora. Es Corrientes y Talcahuano y son las casi las 7 de la tarde. Pinti hace su aparición casi diaria en el Ouro Preto mientras espero a mi mamá que está con uno de sus pacientes, de los que a veces hablar como si fueran dibujitos. O soy yo a que los imagina como dibujitos, cartoons, etc. Estos actores y sus cabalas. Me acuerdo algo de la estatua del negro ahí cerca del Jardín Japonés, y me pongo a discutir porque me dicen que yo no sé donde queda. Mi viejo es así: el piensa que yo no sé donde queda nada en Buenos Aires, y cada vez que nos encontramos en la calle me dice que tenga cuidado al cruzar, que el tránsito en la ciudad es una mierda. Siempre le digo que no hay manera de que me pierda en el centro y que si me pierdo tengo mi gps. Le muestro la guia T y se ríe.

Horas más tarde, 9 de julio, Illia, Gral. Paz, Libertador, en ese semaforo no se para, de este lado de la provincia tenemos complejo de Lanus y pensamos que es inseguro. Igual es box populi: los semaforos en provincia son una simple recomendación. Eso me decía un amigo cuando iba de contramano en una calle oscura para llegar más rápido a algún lado y quería justificar sus acciones con un discurso triunfal sobre el tránsito en la zona norte. Libertador es el espejismo de la clase alta, es el gran show room de una opulencia que, como minimo, parece triste. Esos autos, esa ropa, esos negocios misteriosos, esas rubias siliconadas en descapotables rojos con anteojos versace. Esas cosas pasan de verdad, no es una mala propaganda de gancia. La vida real, en algún callejón alumbrado con neon, es así. Hay individuos a los que de hecho sólo les importa la marca de ropa que usan, la marca de su auto, o algo más que no deja de ser exactamente lo mismo. El culto a lo trivial, a la gomaespuma y los decorados que brillan como el oro pero no dejan de ser cartón pintado. Y sí, vivir así es más fácil.

Es ir a toda velocidad para el lado equivocado; es un montón de golpes y moretones y la pregunta indeleble en la frente ¿sos feliz? Me acuerdo del d i v o r c e d en la frente de Planeta Shampoo y de la explicación sobre la soledad. Me late el pulso, me late todo. Lato yo en Libertador, espejismo de sueños. No me tengo que olvidar qué es lo que me pasa ahora cuando me miro en el espejo de verdad. Miro por la ventana, empaño mi reflejo, doblamos para adentro y todo desaparece. De reojo se ve la casa con la virgen detrás del vidrio, donde la gente que pasa deja plata que cuando vuelve a salir el sol ya no está. Piensenlo un segundo: me pongo una virgen en la puerta de mi casa, todos los creyentes pasan a rezar y dejan monedas, y yo con eso pago la luz a fin de mes. Es un gran curro a expensas de la Iglesia. Todavía no puedo entender como siguen dejando moneditas. Pero a la vez no me extraña nada. Todos tienen sus razones, si llegan a dejarle plata a la virgen es que se sienten culpables de algo. Muy culpables. La culpa es un gran sentimiento, genera cualquier cosa de cualquier persona. Todos tienen sus razones. A veces en el aire hay una cantidad de culpa suficiente como para volver a abrir el oceano en dos, o para construir una nueva religión. Si, todos tienen sus razones. Hasta yo. El imperio de tu culpa naciente.

9 de Julio, Illia, General Paz, Libertador. De este lado del mundo, de este lado del espejo. Que hay más allá de Puente Saavedra es un gran misterio para muchos, que hay más allá de Palermo es otro. A veces lo absurdo de lo cotidiano me llega hasta los huesos y me pongo como un colador. Estoy parada lavando los platos, y escucho algo sobre las postas a Oakland de mi vieja. Pienso en Maris, en Padrid, en Rondres y Loma. A mi me gusta la lluvia sólo si no me mojo. A mi me gusta el hecho de que realmente sería más fácil todo si al mirar para arriba el techo no se me viniera encima. Sería más fácil si todo eso que se va para no volver no volviese en serio. Pero todo vuelve. Siempre de una manera u otra nos volvemos a encontrar con lo mismo. Es un nombre, es un cuerpo, es una piel, es un olor, otro cuerpo, un color, una calle, un libro, otro cuerpo más, otra piel, otro reflejo, otro vacio, otro agujero negro, otro amor, tus manos, tu cara, tu cuerpo, el mío, un domingo a a mañana con el sol en los ojos. Sos vos, soy yo. Siempre te vuelvo a encontrar. Y es por eso que ya deje de buscarte: vos siempre volvés a aparecer. Incluso cuando no sos bienvenido. E incluso esas veces en las que no alcanza. No te olvides de seguir sonriendo. Todo vuelve, no es sólo un cliche. Hace a tu padre orgulloso, vivi según las expectativas de tu madre, pensá en todo lo que hicieron por vos, es lo mínimo que podés hacer, eso que sos simplemente no es suficiente. Cuanto más trágico todo, mejor. Cuanta más novela de Andrea del Boca mejor. Mata a tu padre, cojete a tu madre, sacate los ojos, manda a matar al mensajero viejo y ciego. Tene muchos hijos que se maten entre si. Agradecele a tu carisma por todo lo lejos que pudiste llegar.

Puedo hacer de esto todo lo que nunca fue. 9 de Julio, Illia, General Paz, Libertador. ¿Te causo estres? Me da pánico la calma antes de la tormenta, me da miedo tu rechazo. Me dan miedo los silencios. Camino por todos los pasadizos, todos los recovecos, todos los pasillos de mi cabeza. Ese laberinto bestial rodeado de una autopista vacia, circular. Él y yo batallamos siempre contra los mismos demonios. Me dice que tiene miedo de la confusión constante de las cosas, le digo que eso es para toda la vida. Nos reimos de pie ante el vacio, él con un libro en la mano, yo con una flor de papel. Es Corrientes y Talcahuano, y son casi las 7 de la tarde. Es el emotional affair que más lejos llego de todos los que tuve en mi vida. Estoy con un pie en la puerta, estoy por volver a la ciudad de los espejos. Estoy por volver a gritarle al aire que nada parece funcionar si no estoy dormida. 9 de Julio, Illia, Gra. Paz, Libertador, hasta nunca, y buena suerte, mi amor.





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