25.10.06

En 1973 hubo un recital de sui generis, y ahí, en primera fila, estaba el pilar fundamental de mi existencia.
Pero nada de eso importa ahora. A veces es difícil volver la mirada atrás y saber que todo lo que realmente buscaba era sangrar un poco más.

Y ahora, cual carne podrida arriba de una mesa, dejo que las preguntas y las respuestas se entrelacen en un único instante fatal: cedo ante lo que fui, pensando en lo que pude ser, y preguntándome -aun hoy- quién soy.

Todo en voz baja, todo en el bit retorcido de un segundo que se aleja. Como hubiese sido mi vida en ese entonces de saber que me iba a despertar una buena mañana y que vos, no sólo ya no ibas a estar sino que también habías cerrado todas las puertas.

Las puertas cerradas, otra vez.

Hasta que, algún tiempo después una voz en el teléfono apareció para decirme que soy demasiado, que no es casualidad, y que cuando todo lo demás deje de estar él va a seguir estando ahí.

No tenía forma de saber que esos sentimientos que jure eternos, irrepetibles y trascendentales, iban a quedar enterrados una milla para abajo, en el centro de la tierra, sólo por el efecto de una llamada telefónica.

No podía. Mi existencia hubiese sido más fácil si esa voz hubiese estado hace cinco años. Mi vida hubiese sido mas fácil pero no lo fue, y no odio al mundo por haberme dejado suelta entre tantos locos y entre tantas locuras propias. No odio al mundo. Amo esa voz en el teléfono que me dice que cuando todo lo otro desaparezca él, vos, vas a seguir estando ahí.

Deseo es: saber que tu sentido común es mi calma, que la desnudez ya no me asuste, poder hablar de las pelusas en los ombligos y reírnos de nuestros ronquidos. Deseo es tu carne, aunque sepa muy bien como olvidar mi libido debajo del colchón.
Deseo es: oírte decir que cuando todo desaparezca y el mundo tire para abajo mejor va a ser que me quede sentada sobre la cama, por que no te vas a ir si de este lado del universo sigue estando la mujer que amas.

Y esa mujer que es amada es la misma que hoy se sienta a escribir esto a las dos y media de la mañana.


Hoy, el amor, me toca a mí.

30.9.06

un reflexion de índole politico acerca de los avatares de las manos de las mujeres que saben.
de las mujeres que te sacan el aliento.

pero yo estuve cantando otra canción: sé cuando apretar el botón. Se cuando levantarme de la mesa.
No soy una babosa ya: soy ganado rumbo a un campo de concentracion llamado retiro n lunes a las siete de la mañana.

Rumbo a buenos aires, desde buenos aires, desde mis hijos de 20 años y prontuarios enormes.

Un chico. Cómo yo but not quite...robo, lesiono, volvio a robar, porto un arma, volvio a robar.
Darle una condicion, darle la oportunidad.

Darle algo.

Hablame porque no sé que hacer
soy el arm chair crusader en su mayor expresión.

carajo.

3.9.06

estoy ahí para apretar los botones.

2.9.06

dryed up and dead to the world

aunque el titulo es un poco injusto.

Se te acerca un chico puesto de paste base, a pedirte que le cuentes las monedas.
Tiene las uñas más largas que vos, las manos grises y no puede articular las palabras. Balbucea, tararea.

Es como un viejo sin dientes, que no se baña hace décadas. Es un hombrecito gris. Vos te sentas en el tren, con tus preocupaciones de mas de 2000 pesos al mes. Con tus preocupaciones que estan a punto de convertirse en arena en un desierto. Sin oasis...en la realidad de Buenos Aires los oasis son como los aeropuertos: sólo podés entrar si tenés ticket de embarque.

Se te acerca, se te sienta al lado. Te dice el nombre, no lo podés entender. Le contas la monedas. El olor que sale de su piel esta a punto de hacerte desmayar, pero hacés el intento por sacar la cabeza del agua y contar unas monedas. Él no sabe cuanta plata tiene en la mano, pero si sabe cuanta tiene que tener para comprar lo que quiere.

La gente del tren te mira asustada, nunca preocupada, porque no saben si los va a robar, matar, o simplemente asediar con una verdad asesina.

No sé quien fue el pelotudo que dijo que la verdad duele pero a la larga es mejor. Las pelotas es mejor. La verdad es algo que desesperadamente quisiste dejar de ver en ese instante. Y no pudiste che, no pudiste.

Pensaste en llamar a los bomberos, a la side, a la policia, una ambulancia, al boletero, a dios. A alguien. Salven a este ser humano antes de que se le pudra el corazón, pensaste.

Vos oles a rosas y el huele a mierda, transpiracion y basura. Y pasta base.

Un trago amargo que en la burbuja suena como una mala canción.

31.7.06


shine on you crazy diamond

10.6.06

Hoy a la tarde leía algo sobre la memoria y se activó un circuito oxidado en mi cabeza.

Algo que me hizo sentir que todos los instantes pasados, lejos de ser nada más que movimiento congelado, era la suma infinita de todo mi ser. Los recuerdos como alimento para la razón aburrida. El tiempo, y su transcurso inexorable, como la imposibilidad de probar que pudimos haber elegido B cuando hicimos A.

Lejos de ser estáticos, la memoria nunca deja tirarte imágenes. Están en algún lugar del espacio, repitiéndose constantemente, mientras el ir y venir de nuestro pulso se mueve como la pelotita del arkanoid dentro de un espacio demasiado grande y demasiado oscuro como para no sentirnos intimidados.

Y a la vez, es nada.
Es un viernes a la noche pasada de sueño y sin poder dormir, cuando cierro los ojos y parezco revivir una pesadilla que nunca termina de empezar: cosas que no sabía que recordaba, cosas que me prometí recordar...todo eso junto, y yo acá, sin luz, perdida para siempre.

3.6.06

Llamen a los caza-fantasmas, es sábado a la noche y los malditos recuerdos han vuelto a atacarme. Se están colando por la ventana, por la puerta y por la alfombra; entran chorreando por mis paredes azules. Pisotean mi pequeño universo deleble e irritado. Cansados y fracturados, vuelven a mí. Y no los quiero.

Cómo otras veces sé que voy a sobrevivir los viajes intergalácticos a la década de los 90. Voy a quedar en pie cuando nada más este vivo en pie en mi cabeza.

El presente es lo que menos importa. Es el miedo a que el presente no funcione lo que paraliza. Siempre es el miedo. Siempre es fear el que viene a sacarme de mis recuerdos cuando me mira y dice: es todo un sanguche. Es todo no-importante, mi amor.

Amor, es todo lo que puede sacarme de mi misma. Un respiro.

Me levanto en mundo, en una ciudad lluviosa y gris, de la que parezco no formar parte. Miro por la ventana y veo los colectivos pasar y hago en mi cabeza las cuentas invisibles de los muertos.

Otra vez voy a la carga con la mierda de las opiniones de los demás, tratando de decirle a todos qué hacer, lo que provoca una tremenda apretada de ovarios de mi jefa, y después pavimento seco que quema mi piel y destruye la tela de mi pantalon.

Caigo a la calle y nada me pasa.

Creo que no puedo escaparle del todo a mis lugares comunes. Siempre vuelvo a la oscuridad de estas letras, en un momento u otro.

Digo miedo, y el teléfono suena.
Pierdo sensibilidad si vos no estás. Por eso sigo viva: siempre hay alguien dispuesto a tener paciencia y salvar de mí misma. Esta vez te toca a vos, fer.

18.5.06

Sida, cancer de mama, cancer de utero, cancer de pulmón. Algo me tiene que pasar, porque sí.
No importa que me hayan golpeado la puerta un millón de veces y haya salido indemne. No importa que todos los carteles de salida me hayan indicado que tal vez no soy yo la que tenga que morir joven.


Algo. Algo que justifique mi intentar sentime mal, ponerle pause al grabador, dejar de bailar.


O la otra es andar por ahí cantando una canción de madonna (love profusion) y decirle al aire que duerme:

i've got YOU under my skin.


16.5.06

Lo que mejor sé hacer es cerrar puertas. Cerré hace tanto tiempomental esta puerta que hoy la descubro llena de telarañas y de ridícula que soy me asombro.
Hace tanto que no me siento frente a la pantalla a hacer catarsis. Hace tanto que miro para otro lado y me dedico a eso que nunca supe hacer: vivir.

Y hoy -no sé porque es hoy y no fue ayer o no e smañana- me siento acá otra vez. Corrí las cortinas, abri la ventana, el aire entro y todo lo que habia dejado, reseco y muerto, dió un último gritito de dolor. Pero a mi, a mi no me dolió nada. Y no sé por qué.

Igual no es que me voy a poner a tratar de discernir. Estoy con examenes, estoy con mucho trabajo, estoy llenando mi vida con el amor de otra persona, estoy radiante, feliz, completa, tranquila y poco pensante.

Nada inspirada. Me tome al pie de la letra eso de que los que escriben lo hacen siempre y únicamente desde el hurting place en el fondo del cerebro.

Que se haga la luz, carajo.

Sobre el pucho, como siempre, decido ponerme a revisar cosas viejas. Mientras escucho un poco de nin (las cosas que realmente te gustan nunca las dejas de escuchar, dice él, así que no comprendo esa frase tuya de 'nos vamos haciendo viejos, nos vamos haciendo pop')

Que rídiculo es ponerme a escribir acá y ahora cuando sé que debería estar leyendo algo sobre todos esos problemas del mundo que no tienen, ni jamás tendran, solucion alguna.

Soluciones: eso quería, eso me dieron.
Eso soy: una solución. Una re-solución.


Sobre el pucho, son casi las 6, me tengo que ir. Dejo abierto? Vuelvo a cerrar? Si lo dejo abierto no le podría decir nada a nadie. Aunque la constancia no sea una de mis cualidades. Ni para un lado ni para otro...

now you know this is what IT feels like.

si, sé. Y qué?