5.7.05

Este grito se canta en una canción asesina. Escuchaba ayer cuando no me podía dormir: me da miedo la enormidad, donde nadie oye mi voz, monstruo de papel, no se contra quien voy, o es que hay alguien mas aqui? y me perdí en el beat vagabundo de aquello que convierte el aire en gas natural. Cosa de que pueda explotar todo en cualquier momento y nosotros includos en el arrebato. Me da miedo la enormidad...un día nos encontramos colgando de un abismo en Gelly Obes, de madrugada, día de semana. Colgabamos los dos en silencio y de la nada nos salió preguntarnos mutuamente lo mismo en el mismo instante dos puntos ¿te gustan los abismos?.
(paddy, what a fantastic death abyss) y quedamos ahí, mi amor y yo, mirando el abismo un poco mas lejos que antes.
Me da miedo la enormidad.
Lo feroz de mi inteligencia no es que pueda desarmar cualquier cosa con sus dientes, sino que los tiene ahi toditos bien puestos -cuando no debería-, y bastante bien afilados. En un mundo descomunal siento tu fragilidad. Y la mía se disuelve, se desgrana, en el beat vagabundo que caza las mismas sombras que mis perros. Lo especial de una sombra es que siempre está sin verdaderamente estarlo, y que queda pegada (este es uno de mis significantes más fuertes, que actualmente ha perdido su lugar privilegiado porque ha podido ser des/significado) a tu cuerpo, anexada, sin agregarle un gramo a la balanza. Aunque nadie que yo conozca a intentado nunca pesar una sombra...todos se dedican a la imposible e infructuosa tarea de tratar de cazarlas. Y encima lo creen algo romántico. Se pierde de vista el cientificismo de la vida cotidiana, tanta falta que nos hace. Romanticismo my ass.
Con 8 recien cumplidos escribía usando palabras que realmente no sabía qué significaban. Las usaba porque me eran fonéticamente atractivas, llamativas, porque como los colores y los sabores me evocaban cosas. Construía con esas palabras castillos en el aire, estructuras mágicas donde todo tenía el sentido que yo deseaba que tuviera. Me podía tirar a dormir en la g de ambiguo y podía comer de la o en inexorable.
Con 4 para 5 la asociación imagen/recuerdo se hacía por conexión fonética con la realidad no sólo de lo que veia día a día sino de lo que mi mamá me contaba cuando estaba de paso por Buenos Aires. Desde entonces Abogado (con a mayuscula siempre) evoca a un ahogado que tiene puesto un casco que se relaciona con mi papa cuando la conoció a mi mama y estaba haciendo el servicio militar. Tambien hay una imagen borrosa de una verja estilo sarah kay con un campo o pastoral -no pastizal, pastoral- detrás y mi mamá con la cara borroneada cantando baby you can drive my car de los Beatles. Abstengase usted de hacer cualquier interpretación.
El psicoanalista le pide al analizado que, como regla de conducta general, por favor, guste siempre de decir lo que piense. No importa qué sea, siempre hay que traducir la imagen mental. Esta imagen pierde el 90% de su sentido y de su puto signficante solamente cuando tratamos de explicarla. El 9% restante lo pierde cuando de facto salen las palabras de nuestra boca. Y queda ese 1% que, como el costo marginal de comer una manzana de más (a riesgo de que la utilidad baje a 0), queda colgando del aire unido por un hilo de baba. Pero esta vez, la baba no es azul y no hay lana, y muchisimo menos hay doce pisos.


en un mundo descomunal, siento tu fragilidad. Y un deseo naciente en la punta de mi lengua me indica para donde tengo que ir si lo quiero es encontrarte.
La inefable aventura de ir a escribir sobre los recuerdos que no duelen. Sólo son monstruos de papel.


inspired by, lucha de gigantes, de nacha pop.

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