8.8.05

fragmento

"...tal vez su miedo más grande sea que hoy todo se convierta en nada más que un sueño muy largo. En una de esas nunca salió de ese cuarto blanco y hace rato que está 6 metros para abajo. Dicen que viene contando los días desde que se quebro su cuerpecito, ansiando que llegue el momento para saber de una buena vez si es verdad que sigue vivo, respirando, siendo, permaneciendo -o intentandolo. No trata de explicarle a nadie, pero todos sabemos que le da pánico pensar que tal vez ya esta muerto, podrido, desintegrado, comido por gusanos, huesos y polvo, polvo y huesos. Todos sabemos que eso es lo que le pasa, pero ninguno podría asegurar que esto no es un sueño, que esto no es la vida después de su vida. Nos da miedo tambien. Él dice: al carajo con victor sueiro, era todo mentira. Pero, realmente ¿podemos estar seguros de no ser figmentos de su imaginación? ¿Podemos asegurar que no somos seres creados por un hechizo que culminará cuando hoy pase a ser mañana? De todas formas no queda otra opción más que esperar a ver que pasa...estamos todos un poco ansiosos a decir verdad, las expectativas son altas. Si esto fuera todo parte de una ilusión, de los pedazos-reflejo-recuerdo de una mente ya sin vida, si fueramos los ecos de una existencia demasiado fuerte para ser procesada pacificamente por el universo en el que vivimos, entonces, sólo entonces, todo estaría justificado. Él estaría justificado y nosotros tambien, tendríamos una excusa para todo lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. Es una idea que suena tentadora, hay que reconocerlo. La sensación de que somos cenicientos esperando que la carne se convierta en hueso se ha apoderado de todos nosotros en las últimas horas. Si el mundo se termina hoy, si resulta que la mortaja ya fue puesta, si nunca volvió a respirar después de ese día, todo el dolor, todo este turbulento transitar, sería la estela de su tan completa humanidad. No hay palabra que pueda hacerlo salir de su pánico: miedo de morir ya estando muerto, miedo de volver a morir y darse cuenta de que está muerto. Tal vez eso es lo que siempre le ha atraído más de la idea de morirse: que uno no tiene que estar acá cuando eso ya haya pasado, no tiene que hacerse cargo. No se sale más del agujero negro, no se vuelve a distinguir entre luz y sombra. No hacerse cargo siempre fue su objetivo, aunque ahora diga que lo que más desea es hacerse cargo de todo (de todo lo que lo concierne a él, por supuesto). De todas maneras, como dije antes, ahora sólo resta esperar a que mañana sea hoy..."

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