8.2.05

Hace poquito descubrí que he aprendido a querer y admirar a las arañas. Hoy habia una en mi baño. Salí corriendo al verla, no por temor o asco, sino para buscar la cámara y sacarle unas fotos. Cuando volví ya se habia escondido en algún lugar. Y no la pude volver a encontrar.
Si alguien ve a la arañita que vive en mi baño, pidale que salga, así podemos charlar. Tengo muchas preguntas que quiero hacerle. Diganle que no la voy a correr con el zapato, ni le voy a echar ningun insecticida. Todos nuestros desencuentros han quedado en el pasado.

Durante el dia me vi completamente superada por las circunstancias de la burocracia universitaria. Completamente superada (o mejor dicho desencajada, histerica, etc). Al punto de casi llorar en medio de Ciudad Universitaria por la impotencia que me causaba el colmo de los sellos de goma y de las filas eternas para que alguien te diga que no es ahí adonde tenés que ir.

Se puede pensar de este modo: mi decisión de pasar al ámbito público está vinculada más que nada con cierto rechazo que se gestó durante largos años de educación privada. Alguien mal intencionado podria llegar a decir que parece a propósito, que es el objetivo escondido de la enseñanza privada: salir teledirigidos a la res publica.
Todos esos horarios fijos, ese uniforme de mierda, esa puta corbata, los putos zapatos, no comer chicle, no hablar en clase, no usar remeras de colores debajo de la camisa, no decir malas palabrass, no pensar por vos mismo, no desobedecer, levantar la mano para hablar, para ir al baño, para lo que sea -a veces hasta para respirar-. Estar sujeta semanalmente a la perversion de algún profesor mal cojido y con mal aliento, o ir a la facultad y estar rodeada de niños de oro como yo que, a diferencia, están y van a seguir estando muy cómodos con su statu quo.
No sé cuando fue ni cómo pasó, pero una mañana cuando me levante necesitaba algo nuevo en qué creer. Res publius, ahí voy.

No comments: