25.5.05

Bien. Acá estamos ante las extrañas circunstancias de un 25 de mayo. Me regalaron una escarapela pero se me perdio en algun punto de cordoba entre alem y uruguay. Si alguien la encuentra, es mía.
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Estaba tratando de saber si tenía algo para escribir hoy. Creo que no. But then again, casi nunca tengo algo sobre que escribir. Surge en el momento. Cómo le surgen las fotos a un fotografo colorblind.

Recollection:
mostrábale pinturas y dibujos míos a alguien que no ve los colores. Después de escucharlo decir que era todo muy lindo, que era muy sensible y que eso estaba muy bueno, recordé que no puede ver los colores. Eso no quita ni agrega nada a su opinión. O sí? Pero hay algo...hay algo que surge de eso, que habla de cierta escencia cuadriculada, de cierta ausencia de verdades, de cierta necesidad de cumplir con lo que es socialmente esperado de un comentario que trata de expresar algo. O tal vez el color no importa. Tal vez sólo me importa a mi, tal vez sólo los veo yo.

cotidianeidad:
Había paro, no tuve facultad. Trabajo cerca del Centro Cultural Borges. Así que quise ir a educarme culturalmente un poco. Pero es tan dificil acceder al centro desde adentro de las horribles Galerías Pacífico que después de dar vueltas como una idiota 20 minutos sali, di la vuelta manzana entre por viamonte y finalmente di con el centro culturaL. Encontrarlo fue tan dificil que cuando llegue al mostrador no tenia ganas de ver nada. Y la señorona detrás del mostrador tampoco era demasiado amable, como para suplir mi voluntad cultural. Así que me di media vuelta y me fui. Esperando esa llamada mágica, ese encuentro inesperado, ese algo que hiciera mi idea. No hubo nada. No hubo nada más que un feo cafe con leche y dos horas para volver a mi casa. Hace muchisimos años que no estaba tanto tiempo tan sola en la calle. Tan sola conmigo y nadie mas que. Me había desacostumbrado a voluntad y -ahora- entiendo bien porque. Porqué me escape corriendo de todo eso; los viajes en bondi sola de una punta a la otra de la ciudad, sentarme en una plaza a mirar el cielo sola, leer el diario como los viejos en un barsucho y que las cosas pasen, con su ritmo lento e invernalmente frio, y quedarme ahí en el fondo del baul. Entiendo que era lo que me dolía de toda esa rutina. Necesitaba alguien que me abrazara cuando mi mundo exterior se hace insostenible. Cuando todo se vuelve azul y me pierdo en lo azul y me pierdo en mi y en mis cafes con leche -descremada por favor-

No hay nada que hacerle: no hay con que coformarme. Nunca me alcanza nada, nunca nada es suficiente. Pensé que necesitaba aprender a estar sola, pero cuando me encuentro sola no tengo nada que decirme a mi misma. Nada que hacer. TAL VEZ es lo que sea que tengo en la cabeza que me distrae. No puedo decir que las cosas (sisi, las cosas, eso dije, como si las cosas -siendo una cosa cualquier objeto suceptible de adquirir valor- pudieran tener personalidad propia) esten más dificiles que ayer. Sólo puedo decir que mi día a día conmigo no se banca si no tengo nada que hacer. Voy a pedir más trabajo a ver si así puedo, con algo entre las manos, aprender a bancarme la rutina de agustina. Empezo una nueva guerra...you against me.



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