20.2.08

Me preguntan si siento nostalgia. Por todo eso que estuvo y ahora no está.

Me preguntan si siento nostalgia, por esos que estaban y no estan más.

A veces no sé que responder.

Se quemó todo demasiado rápido. El fuego se comió todo lo que éramos. Quedamos unos pocos de pie para ver el sol salir, curar las heridas, quemar las cicatrices, y seguirnos de largo.

Cómo si fuesemos una partícula de polvo en el desierto más oscuro.

Nostalgia. Saudade.

De momentos pienso que no es saludable recordar.

Ahora todo es tan distinto. Sigo llorando cuando sueño, pero los sueños me marcan otro beat. Otro tiempo mental. Y yo, y ella, empecinada, trata de seguirlo aunque se quede muda y sorda a mitad de camino. A mitad de camino todos los días entre retiro y algún punto de esta maldita Ciudad.

Y sí, tengo que reconocer que a veces despierto y quiero un 2003 de pie ante mi gritando: somos libres, vamos a comernos el mundo, vamos a explotarnos contra un paredon, vamos a escribir una historía distinta.

Y sí, tengo que admitir que a veces daría todas las células de mi cuerpo a cualquiera que las quisiera comprar por poder verte a vos venir caminando por la calle de nuestro barrrio, como si nunca hubiese pasado nada, como si yo siguiera siendo esa persona que te vendió la mentira mas hermosa del unverso, acá, así, de este lado del mar.

Conectar todo requiere una infinita paciencia....lineas de polvo que se entrecruzan a sí mismas, interminables días dónde todo terminaba y volvía a empezar un millon de veces y a nosotros nos daba igual. Conectar todo requiere una paciencia infinita: quién te ha visto y quien te ve, quien te ama te hace daño....

No tengo esa paciencia ya, no me pertenece mi propio tiempo en el mundo. Así como nunca me perteneciste vos, ni él, ni el otro, ni todos los que vinieron después.

Será que te extraño, o será una fantasia. Será que vos tenías algo en la forma de mirarme que no tuvo nadie más. Será todo eso y algunas cosas más. Sí, será todo eso, estoy segura. Pero no hay espacio para la saudade en mi cuerpo ahora. No hay espacio para nadie, siquiera para mi misma, entre estos huesitos amargos que hacen ruido cuando empiezo a llorar.

Y sí, tengo que reconocer que en aquél momento pensé que había espacio para todo y todos. Creí que el tiempo no podía ser medido y que iba a tener 20 años para siempre. Y que vos, siempre me ibas a mirar de la misma forrma y nunca te ibas a ir.

Tambien tengo que reconocer que lo mejor que pudiste haber hecho por mí, tu gesto último de aprecio, fue haberte ido lo más lejos que encontraste sobre la tierra.

No llores, precioso, podés ser feliz igual.

Lejos, solo y chamuscado por los acontecimientos
Hecho una pasa de uva, sin tus manos de principe.
Con tu futurra morocha y tus hijos por venir
Lejos, muy lejos de acá.
....allá donde no hay fantasmas
donde nadie te corre, ni te mide, ni te cuestiona
Vos y sólo vos.
lo más lejos posible de acá. De acá y tus recuerdos. De los tuyos
...de los míos.

Podés ser feliz igual.


De este lado, alguien que te quiere-