19.4.05


"i won't push you, unless you have a net...
you say the word you know i will find you
or if you need some time i don't mind
i don't hold on to the tail of your kite
i'm not like the girls that you've known
but i believe i'm worth coming home to
kiss away night
this girl only sleeps with butterflies
with butterflies
so go on and fly then, boy"

tori amos, sleeps with butterflies, the beekeeper


i´m as good as the last one. Esta situación es idéntica a la de quien no necesita enamorarse de una persona en especial, sino que, lisa y llanamente, necesita enamorarse. O al menos necesita creer que está enamorado. Pues sí, todos hemos tenido sexo sin desearlo, todos hemos dormido en camas que no eran nuestras ni intentaban serlo. Todos nos hemos regalado alguna vez al primer extraño que paso por la puerta. Estas son las verdades que menos se dicen, pero el que sea casto, puro, inmaculado y perfecto, debería avergonzarse de sí mismo.
La madre-tierra se expande sobre todo. Me saca de lugar y arruina mi contexto. Sopla con furia la red de entramados justificativos que construí con tanto trabajo.
Y luego, nada. Y luego, todo. Cae sobre mí y no tengo forma de ignorarlo.
<span style="font-weight:bold;">Todo eso que yo sé de vos que vos no sabes de vos. Todos esos lugares a los que podés llegar. O, de boca de otro: vos necesitas algo mejor que yo, estás para más. Vas a llegar lejos, little girl.
Luego, y sólo así, los errores se ven claramente marcados con rojo sobre la superficie, y aquello que alguna vez fue amor se lleva con orgullo en el cuerpo. Mirá mis marcas, mira mi piel: quise a alguien con todos mis átomos y quiero que todos lo sepan. Sé querer a alguien tanto como me quiero a mi misma.
Y luego, uno acepta los emotional fuck ups que cometió a lo largo de su vida, y lo que estaba marcado con rojo se divide en real e irreal, en sentido y no sentido, en amor amado o amor odiado. En secreto o en luz. Desde ese lugar de reconocimiento aparece una gran verdad: uno no elige de quién se enamora.
Si uno pudiera elegir no sería enamoramiento sino un cálculo de costos y beneficios, caprichos y deseos efimeros que no llegan a ningún lado. El nunca-bien-ponderado amor es el único sentimiento que uno no puede cercenar. No importa qué sigue estando ahí. Aunque a veces ese no importa qué signifique no poder limitar el efecto negativo o dañino de lo que puede hacernos aquél a quien amamos. Incluso si significa dejarse pasar por arriba en nombre del amor. Los límites se asemejan a paredes en el imaginario -por lo menos en el mío-. Pero no es realmente así, porque una pared te dice: no podes pasar bajo ninguna circunstancia. Un límite te dice: por acá no podes pasar, así no lo podés hacer, pero puede haber otra entrada, puede haber otro modo, y te toca a vos encontrarlo.
Uno se constuye a si mismo con el reflejo de los límites que le puede poner a otro. O al menos construye su propia conciencia del lugar que ocupa; las dimensiones de su existencia en el mundo real.
Uno se destruye un poquito más cada día con una pared impuesta unilateralmente por algún otro.
La diferencia no es para nada sutil.

Entonces sumo los números, los menos y los más y saco la raíz cuadrada. Hago mis cuentas sobre un boleto de tren yendo de Urquiza a Drago un lunes a la tarde. Y el boleto me habla...me dice que mis números están en lápiz, y que no sirve ocultar o negar lo que siente mi cuerpo, ni la lágrima asesina que cae cuando recuerdo tiempos pasados. Dice que es mejor pasarlo todo en limpio, saber que es así y que lo importante es poder articular una nueva conducta, un nuevo género de deseo, en torno a esa situación llamada estar enamorado. Aunque una distancia sea más elocuente que mil palabras, aunque me duela el alma pensar en el miedo a no ser querida (¿o ser querida? unresolved mistery). No importa que aquel otro que me completa no esté, no importa que de hecho sea imposible que esté, ni que no quiera completarme…importa poder vivir en paz con lo que uno siente, con uno de los sentimientos más poderosos que hay. No llevarlo como una cruz que pesa sobre la espalda y significa dolor y desasosiego. Lo importante es poder decir: hola amor, hola enamoramiento, buenos días. Y seguir caminando por la calle como si nada, o como si todo.

Es cierto eso que dicen: la aceptación trae consigo una energía que se convierte en el motor de todo. El deseo es el motor de mi mundo, del tuyo y de quién venga después de nosotros dos. Sólo eso: buenos días amor.

2 comments:

Juan Angel Szama said...

por un lado me saco el sombrero.
por el otro pienso en cuanto que piensa uno, cuantas reflexiones se hacen para decir que en realidad no se quieren mas reflexiones pero sin embargo se sabe que el camino de la nueva reflexion nueva idea va a construir, reconstruir un yo que quizas de alguna vez por todas me sorprenda. como los antiguos queriendo reflexionar sobre el dios rayo, el dios cielo. la necesidad de guardar todo dentro del marco seguro de: reflexiono sobre el mundo y sus componentes porque no se como con el mundo y sus componentes es otra de las tantas formas para seguir siendo un niño. se sigue viendo todo como la primera vez, se pide lo que no se puede y luego: yo no fui, yo no se, yo no puedo. pero me quedo tranquilo porque se esta refleccionando al respecto. o como me descubro por vez numero mil intentando armar un plan de accion para una vida que no tiene un plan de accion. o como me encuentro queriendo buscar explicaciones en lo real, en lo imaginario cuando el 99 por ciento de los fenomenos que pasan a nuestro alrededor (porque no podriamos decir amor tambien) no tienen una explicacion ni racional, ni reflexiva, ni nada. porque una flor crece donde quiere? porque un mariposa vive un dia?. no lo se, podria refleccionar al respecto pero seguiria siendo un echo. un algo concreto. un algo que sucede. en el tiempo en el que uno se mira al espejo y piensa las mil reflecciones sobre uno y el universo, el universo sigue, se mueve, no se detiene. por mas niños que nos sintamos, por mas explicaciones que necesitemos, por mas caprichitos que tengamos. por mas que uno necesite un portazo para sentirse hombre. pormasque.

Juan Angel Szama said...
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