22.4.08

Cuando pienso en lo poco que me inspira el día a día para escribir siento un poco de tristeza. No hay politica, no hay arte ni contacto humano que me haga levantar los ojos. Será por eso que de lo único que puedo escribir es de lo mal que me siento conmigo misma. Estaba pensando en el grito de munch y en ese artículo que lei en inglaterra hace muchos años. La persona que lo escribió había depositado ahí, en una de las versiones de esa pintura tan expresiva, todos sus sentimientos. Munch se había convertido en el correo central de las almas perdidas a finales de los 90.

Esto es lo más creativa que me puedo poner hoy.