27.4.08

Buenos Aires, Agosto de 2005.
-de algo llamado pasión-


Te escribo esto porque tengo que hacerlo. Te escribo esto porque sé que encontrarte ahora para decirtelo a los ojos va a ser más dificil que antes. Te escribo porque en mi cabeza empece a darle forma hace 5 meses y este hijo ya quiere nacer. Te escribo porque sé que me vas a leer con toda tu atención, que vas a ir l e t r a p o r l e t r a , comiendote mis palabras como si fueran el único alimento en el mundo. Te escribo porque te quiero.

Siempre me va a gustar eso que tienen las palabras de hacerse las machitas cuando no estás frente al papel o el documento en blanco...para terminar por acobardarse patéticamente cuando hay que pasar a los hechos. Las palabras de uno son la extensión de todo lo que no tenemos tiempo de ser. Pero sólo parcialmente. Así todas esas cosas que quieren salir hace mucho tiempo, que me apuran diciendome que no me animo a sentir de verdad, ahora se amilanan en el fondo de mi cabeza y rezan para no salir primero.

Así que hagan fila. Porque todas tienen destino de proyectil, sí o sí.

No quiero hablar de lo que fui. No quiero, ya te hable demasiado de eso. Con vos siempre fue más natural conjugar el futuro o el condicional pero me hice olimpicamente la pelotuda desde el instante en el que te vi. Y jugue la carta que juego siempre: el pasado-presente. Esa es la que está más a mano, o la que yo creo que está más a mano, either way, es lo que me esforce por hacerte ver. Mierda que me esforce.

Hace unos días cuando hablamos dijiste que tenías cosas para decir, que podían ser muy fuertes y de hecho lo fueron. No por tu intención sino porque todas, salvo las últimas, fueron verdad. Soy todo eso, pero tambien soy mucho más. El problema es que (siempre hay uno, verdad?) me tomo 5 meses ver que sí, estoy dispuesta a construir algo nuevo (y no ya con los escombros), y que sí, estaba dispuesta a construir con vos (como me lo temía pero no terminaba de entender).

Nada de esto busca ser una justificación. Sólo quiero que lo sepas. Así como supe lastimarte mucho y bailarte arriba sé decirte ahora que sí, sos un hombre con el que yo construiría algo. Un hombre al que le construiría algo. Un hombre al que le dejaría construir para mi.

Mis sentidos no entienden mucho que es todo esto nuevo que un día me desperte sabiendo, o sintiendo mejor dicho, no saben en dónde va que cosa. Pero lo que si entienden es que es raro, es nuevo, es lindo y da miedo. Ese miedo que se transforma en curiosidad, la curiosidad por la que uno prende la luz para ver que es eso que se está imaginando en el piso de su habitación.

Como todas las cosas nuevas, trato de asignarle un valor. Aunque a la larga eso parece una tarea que carece de sentido, necia e infructuosa. Ponerle un valor a querer construir es pensar que sólo construíria con vos, sólo para vos, que sólo te dejería a vos que construir para mi. Y creo que eso no es así. Mi estar dispuesta a construir tiene tu nombre, pero tambien tiene el mío. Eso es lo más nuevo y, en una de esas, lo más importante, de todo esto.

Vengo "trabajando" hace muchos meses para entender que lo que tengo adentro, lo que me quema el pecho y el estomago, lo que hace que me levante a las 5 de la mañana con ganas de trepar la pared más alta, es una expresión física de mis ganas de ser y hacer. Y como te dije, tiene tu nombre. Pero también el mío. Y en letra más grande. Sé que vos entendes porqué, que entendés de que te hablo, porque ya te paso, ya te despertaste. Eso no quita que nos volvamos a caer, verdad? Eso puede pasar siempre. Pero el terreno ganado al río permanece de una u otra manera. A riesgo de sonar cursi, pelearía el resto de mi vida por seguir ganandole tierra al río. A ese pozo oscuro que conozco tanto. Ahora no quiero volver. No quiero volver nunca más. El miedo que pueda llegar a tener de lo que hay más adelante, de lo que puedo llegar a ser, no amerita volver atrás. Nunca más.

La situación que tengo entre manos relacionada con vos es un tanto particular. Ví como empezabas a hacer tu vida, vi como cada día que pasaba tenía más y más posibilidades de perderte, de que alguien más te encontrara, de que dejaras de esperar. Y arriesgue eso por ver mi nombre escrito en mi vida. Muy poetico, no?

Me pondría a llorar ahora pensando en eso que no voy a tener, y en porque no lo voy a tener, y en si me hubiese despertado antes, si te hubiese dicho que te extrañaba antes, que pensaba en vos muy seguido, que escribía mucho porque a vos te gusta leerme. Todo eso por vos, se convirtió en algo que hice por mi. El mejor regalo del mundo.

Ahora la situación es otra. Sé que no te tengo más, que no estás como yo quiero que estés, que llegue un poco tarde, que soy del todo inoportuna, que lo más posible (como me indican mis sentidos-alarma) es que estes empezando a tratar de construir algo con alguien más. Que te hice sentir que te equivocabas, y que lo que sentías y querías hacer conmigo estaba mal., era imposible, etc. Todavía te quiero y la respuesta seguiría siendo sí aunque pasaran 20 años y todo cambiase tanto que ya no nos pudiesemos reconocer. Eso no es exactamente esperar, eso es otra cosa. Me voy a poner en la línea sólo porque ahora puedo hacerlo sin tener miedo. Te voy a decir que te quiero sólo porque ahora no tengo dudas de que es cierto. Te voy a extrañar cuando no estás y hasta sé que te voy a seguir necesitando. Eso no se va, no sé porque, no te voy a decir que nunca trate de borrarlo/te...no sé que me hiciste, no sé como lo hiciste, pero no te puedo borrar. Hace 5 meses que no te puedo borrar. Desde que te leí por primera vez que no te puedo borrar.

Tenés una forma muy hermosa de ver el mundo. Muy hermosa incluso cuando estás mal (porque se nota mucho cuando estás mal, por si no lo sabías, cambia toda la "energía" que te rodea, además yo lo siento en los huesos, no entiendo bien porque), creo que eso es lo que más me acompaña de vos desde que te conocí. Quisera tener tus ojos para ver la realidad, y sólo porque son tuyas. Ver las cosas como las ves vos un instante, sólo un segundo. Quiero saber como es eso, como sos vos por adentro. Cuando te ví leyendo el libro en esa esquina pensé en irme, en dar la vuelta. Justo vos me viste y ya no me pude ir. No me arrepiento de haberte conocido, ni de haberme quedado, cruzado la calle, de haberte empujado al bar. Ni un segundo. Sos una persona hermosa, hermosisima, y tenes una capacidad muy grande para dar y hasta para amar, aunque vos no lo veas así, aunque tantas veces te hayan dicho que vos no sabes, que vos no podes, que vos no sos. Vos sí sabes, vos sí podes, y vos si sos. Sos con una fuerza que le puede sacar el aire a cualquiera. Además, aunque vos tampoco lo creas, sí sabes abrazar. Quiero que sepas todo eso tambien.

Iría y te apretaría contra una pared para que me escuches y te diría todo esto ahora si pudiera. Pero (siempre hay un pero) ambos sabemos que (por decirlo de algún modo) perdí ese derecho. Perdí el derecho de tenerte a vos como vos me quisiste tener a mi cuando me conociste. Tambien quise, es cierto, pero pensaba que no saber cómo era más importante que lo que sentía y el hecho mismo de sentirlo. Si ahora no te dijera esto me haría un daño imperdonable a mi misma. Y de eso ya te dije: nunca más.

No comments: